lunes, 26 de noviembre de 2007

La pena del viento Francisca Osandón (chilena)

Detenerse es morir.

Y el viento lo sabe.

Las nuevas lluvias y los fríos

dan alas al viento que las coge aprisa.

En los ojos de las violetas

hay un perfume de melancolía.

Tus pesares en horas secretas

robo y apuro de golpe.

¿No sientes de tu puerta

loa gatos negros en fuga?

Las nuevas lluvias y los fríos

ahuyentan las alondras.

Las golondrinas lejanas, olvidan.

Las palomas, junto a mi, revolotean

En mi corazón se clavan ansias desconocidas

Suspira cuando florece la reina de la noche.

Y la luz de una luna desolada mi faz polidece.

Será tu cuerpo una desierta calle,

será mi cuerpo jardín entristecido

Las nuevas lluvias y los fríos

traen del tiempo reminiscencia.

¿No sientes el badado de los recuerdos

martillar en la campana de los años?

Mi tren repliégase en si mismo.

Se detiene casi...

Mi pena, la pena del viento.

Y en el viento Dios habla.

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